lunes, 7 de enero de 2008

Frío

Hacía frío aquella mañana. El aire de la calle la reanimó. Llevaba dos semanas sin salir de casa, sin ducharse, sin cambiarse de ropa y sin dar señales de vida. Había apagado el móvil, desconectado el telefonillo y el teléfono fijo y ni se había molestado en encender el ordenador. Se sorprendió de que el mundo siguiera igual, o eso parecía. Ella era distinta. Sola. Por fin. Ya no tenía que contentar a nadie, porque sabía que había decepcionado a todos los que la conocían. Tampoco necesitaba gustar a nadie, porque no había nadie que le gustara a ella. ¿Querer?, no le interesaba en ninguna de la direcciones.

Compró lo básico para otras dos semanas más y volvió a casa. Al abrir la puerta no se sintió tan segura. La claustrofobia la poseyó. Se metió en la ducha, el agua caliente casi le levantaba ampollas en la piel, la esponja la arañaba, el jabón olía a calle y a aire frío.

Volvió a refugiarse en la calle. Paseó, corrió, buscó... no sabía hacia donde huir, su sombra siempre la perseguía y pegado a su sombra su cuerpo. Compró libros, revistas, películas, pero en todas había algo que le recordaba su mismidad.

Desesperada se dirigió de nuevo a su ¿hogar? Y le vio. En actitud de espera paciente, de resignación. Se acercó avergonzada y vio que su cara se iluminaba. Saboreó lágrimas de pudor. Él no la tocó. No le habló. Casi ni la miró. Sólo le dio un sobre. En lugar de dirección ponía “Extrañamos tu sonrisa. Te esperamos”. Y se fue.

El viaje en ascensor se le hizo eterno. La carta le estaba haciendo un agujero en el bolsillo del abrigo. Se fue directa a la cama. Cuando despertó, el sobre todavía estaba allí.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

hola nena.
me ha encantado, de verdad, y eso que ya sabes que los finales abiertos... pero mira, este me deja imaginar tanto un final feliz royo disney o un final mas... menos bueno diremo.

me ha encantado nena

un besito

GALAS dijo...

Dios , escapadas del mundo, mil veces he querido desaparecer de la vida de todo el mundo por un par de semanas...

Sonia dijo...

B R A V O, Aguadín. No creas que es fácil escribir y que quien lo lee se sienta observado. Como si en la pared hubiera un agujerito minúsculo, del que no te has percatado, pero que deja ver mucho al otro lado.
Enhorabuena.