miércoles, 5 de diciembre de 2007

"En el camino" de Jack Kerouac




Hoy voy a atreverme a hacer algo para lo que sé que no estoy preparada. No soy digna de hacerlo tampoco. Pero tengo que hacerlo, tengo que escribir sobre un clásico reciente y en boga. ¿La dificultad? Que no me ha encantado. Así que mi crítica será antipopular y seguramente equivocada, pero ahí va.

“En el camino”, de Jack Kerouac, cumple este año sus bodas de oro. Fue el exponente de la generación “Beat”, una generación que quería huir de lo establecido, volver a la conciencia, vivir al límite, meditarlo todo. La sinopsis que aparece en la contraportada de la Editorial Anagrama explica: “(...), en esta novela se narran los viajes enloquecidos, a bordo de Cadillacs prestados y Dodges desvencijados, de Dean Moriarty (...) y el narrador Sal Paridse, recorriendo el continente, de Nueva York a Nueva Orleáns, Ciudad de México, San Francisco, Chicago y regreso a Nueva York. Alcohol, orgías, marihuana, éxtasis, angustia y desolación, el retrato de una América subterránea, auténtica y desinhibida, ajena a todo stablishment.”
Y es cierto, el libro describe todo eso, porque el narrador describe, cuenta y vive cada minuto del viaje (no olvidéis que es un libro autobiográfico). No esperéis una novela escandalosa para los tiempos en que vivimos, pero tampoco olvidéis que en los años 40 y 50 este modo de vida era pionero.

Sin embargo, no sé por qué motivo a mí me ha parecido ligeramente superficial, no he vibrado con sus puestas de sol, no he deseado conocer San Francisco antes de tiempo, no me he perdido en las calles de Dénver. Supongo que esa será la intención de Kerouac, introducirnos en el vértigo de vivir proporcionándonos la suficiente distancia para no sufrir que a ellos les daban el alcohol y las drogas. Hasta he tenido que hacer un esfuerzo por leerlo hasta el final. De lo que me alegro. El final sí merece la pena, es más relajado y al mismo tiempo más intenso, no existe esa vorágine de lugares, movimientos, fiestas, pero las sensaciones se acentúan y se agradece que Kerouac te permita llegar a sentir lo mismo que debió sentir él en los momentos en los que Neal Cassady le permitía expresarse.

Recomiendo leerlo y si alguien puede ayudarme a volver a mitificar esta “biblia y manifiesto de la generación beat, le estaré muy agradecida.

Justo debajo, podéis encontrar un fragmento del libro que define a la perfección como el narrador idolatraba a su compañero de viaje más habitual.

3 comentarios:

budoson dijo...

amor a quemarropa, cadillacs and dinosaurs, la bandera sudista, las road movies, la américa profunda, el rebel yell, nueva orleans, corazón salvaje, la ruta 66, elvis... a mi me moló pues no es difícil que cualquier cosa que tenga algo que ver con lo arriba mencionado me mole.

Anónimo dijo...

¡Vaya pedazo de blog que te has marcado, primita!
Me gustan tus comentarios y reflexiones. Como alguno ya te ha dicho por ahí, reflejan tu estado de ánimo; ¿cómo si no?
A proposito de Kerouac y la generación beat (¡casi llego a ella!), recuerdo una película de los 8o, "Heart Beat" sobre la relación entre el trio Kerouac, Neal Cassady y Caroline (la esposa del segundo). Ahora no me atrevo a catalogarla, pero recuerdo que cuando la vi (otros tiempos, otra edad), me impactó bastante.
¡A ver si la consigues!
Por cierto, gracias por el enlace a mi blog (pero... ¿Qué van a pensar tus amistades?, ja ja ja); me gusta eso de "primo Luis".
Un beso. ¿Brindaremos en Navidades?

poetadesterrado dijo...

excelente!! me encanta tu blog y tus intereses...pasate por www.guerrerosdelconocimiento.blogspot.com