viernes, 12 de octubre de 2007

LOLITA, de Vladimir Nabokov

A-NO-NA-DA-DA. Así, dicho despacito, es como me he sentido mientras leía Lolita. Mi incultura me había llevado a pensar que era un libro con tintes eróticos (lo que me atraía) contado a lo “road movie” (lo que me repelía). Bien, no es un libro erótico ni está contado según un género claro, pues mezcla distintos estilos de narración.
¿Provocador? Subversivo, pero nada inmoral. Amoral, quizás, como considero que lo son las mayores obras de arte.
Es el libro que más me ha impactado por la historia que cuenta y por cómo la cuenta. Llega a las algas de las simas más profundas de los personajes, a veces puedes tocarlas, a veces te las muestra como en un documental, a veces te las describe de la manera más cruda y apasionada.
No esperéis un tratado sobre pederastia, ni la recreación del mito erótico de la lolita (el mito y la obra sólo tienen en común el nombre), ni una historia de amor alejada de las convenciones. Podéis encontrar todo esto si vais con algún tipo de prejuicio, pero yo os aconsejo que os dejéis llevar. Que os indignéis con Humbert Humbert, que os entren ganas de partirle la cara a Lolita, que os riáis de los dos, que los lloréis, que los comprendáis, que los juzguéis... Porque los personajes son más humanos que nosotros. Porque te persiguen. Porque buscas una explicación que no existe durante todo el día.

No tengo más palabras, hay que leerlo con las tripas. A mí ahora me toca la segunda parte: dejarlo reposar.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sabes que tengo ese libro en mi mesita de noche, esperando a ser leído y comentado....esta semana me pongo sin falta. Estas críticas literarias con tu sello made in Ne tienen mucha miga!
Enhorabuena!!!
Besito

Sonia dijo...

Aquí otra guarrilla que empezó a leerlo parte por guarrilla y parte por ojear clásicos... Y acabé trastornada, como dices, con ganas de matar a Humbert, con ganas de abofetear a Lolita (como me ocurrió con la adolescente Ana Frank, que quería tanto cuando no podía permitirse ni desearlo...)
Yo también, como anónimo, quiero más críticas, Aguadín!!
Besazo