jueves, 13 de marzo de 2008

VENTANAS TRAS LOS ESPEJOS

Soy una mujer de espejos.


Pero sobre todo de ventanas.


No soy una cotilla de esas de averiguar la vida de los demás espiándoles, soy una cotilla de espiarles para imaginar su vida.


Unas veces me imagino lo peor, otras lo mejor. Pero lo que más me gusta es crearles vidas anodinas, de esas que nunca salen en la tele, ni en los libros de historia, ni en las películas, pero de las que se nutren las mejores novelas.


Macondo era un pueblo fantástico, como tantos otros de los que nunca conoceré el nombre.


Ana Karenina una mujer infiel, atormentada, rica, celosa, compleja... como casi todas.


Ponyboy Curtis un chico de barrio sensible, soñador, adolescente, como mi vecino del décimo o como lo fue el albañil que construirá mi futura casa.


Sonia una puta con corazón que ayudó a purgar el crimen y el castigo de un personaje del que nunca recuerdo el nombre, ninguna puta con corazón se hará famosa, pero ya tienen muchas películas estas princesas y más canciones estas magdalenas.


Todas esas personas, todas esas vidas, es lo que observo por mi ventana. Y en su cristal me reflejo como en un espejo. Y entonces pienso en mi vida. Que nunca nadie conocerá, pero que es de novela. Como la vuestra. Por que la verdadera historia (history y story, que los ingleses saben más de distinciones) es la cotidiana, porque hacer cosas extraordinarias tiene que ser maravilloso, pero hacer extraordinario cada día de nuestra vida nos hace maravillosos a nosotros.


Optimismo al poder.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me ha encantado tu reflexión!! echaba de menos que volvieras a escribir... que tienes el blog un poco descuidado. yo también observo a la gente imaginando sus vidas, por eso a veces, y sólo a veces, mola ir en villavesa.
me sorprende que escribas algo tan optimista, pero me alegra. aber si lo demuestras más a menudo...

mil besotes hermanita. aber cuando vuelves a venir a verme...

Sonia dijo...

Esto se merece un beso. Obeso o no, pero un beso.